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viernes, 23 de abril de 2010

Mercantilización de la mujer

No tengo muchas noticias de otras latitudes del mundo que no pertenezcan al hemisferio occidental. Por lo que mi visión puede ser incompleta. Sin embargo he observado y oído lo bastante como para decir que la mujer es solo un objeto más con el que se puede lucrar, e incluso con el consentimiento y entusiasmo de las implicadas.
Es muy común ver publicidad que emplea a la mujer como un mecanismo para vender más. Son especialmente los vendedores de productos alcohólicos los que mayor uso hacen de la mujer, con imagenes de mujeres con poca ropa y en poses por demás provocativas.
El caso es tan crónico, que en muchas ocasiones lo primero que se piensa al momento de vender un producto nuevo, es contratar a una bella modelo; cayendo de esa manera en lo que puede denominarse como "pobreza de imaginación". Lo cual constituye un verdadero insulto al ser humano, ya que contamos con una capacidad de imaginación y creatividad sin límites.
La razón de esta situación es provocada por la predominacia de un sistema predominantemente patriarcal, en el que la decisión del hombre vale más que el de una mujer. Sistema en el cual una mujer aún es vista como una ama de casa, cuyo destino es atender al marido y cuidar a los hijos; encerrada en la casa familiar, que de ese modo se convierte en una especie de prisión. Pero esta situación poco a poco fue y sigue siendo superada por las luchas en la igualdad de género; sin embrago se ha encontrado otra vía mediante la cual persiste la opresión de la mujer, la mercantilización de su cuerpo.
Tal es el grado a que se ha llegado con esta mercantilización, que me pregunto: ¿Me quieren vender el producto o a la mujer? La respuesta es obvia, quieren vender el producto, y para tal efecto aprovechan los bajos instintos de los hombres; porque el hombre deseara a la mujer del comercial y pensara que al consumir el producto podrá obtener mujeres con esas mismas o parecidas características. He ahí el meollo del asunto, la imagen de la mujer vende y vende bien.
Lo peor del asunto es que una gran mayoría de mujeres apoya esta situación, después de todo solo están repitiendo patrones de conducta que aprendieron de sus madres y padres, y también esta de por medio el dinero que ganan, que no es poco, convirtiéndose en un medio de vida. Pero deben recordar que el cuerpo se desgata y cuando ya no cumple con los requisitos exigidos por la estética corporal, se las desecha y son condenadas al olvido. De esta manera se crea un circulo sin fin.

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